// Add the new slick-theme.css if you want the default styling

Cómo mejorar mis fotografías gastronómicas.

El sector gastronómico es posiblemente uno de los más visuales que hay ahí fuera,  a todos, pequeños y mayores, se nos hace la boca agua con una buena foto de nuestra comida favorita.

Si bien esto le puede dar mucho juego a tus redes sociales si eres el dueño de un bar o restaurante, destacar entre el bombardeo de comida que le llega a cualquiera al entrar en instagram es difícil.

Seguro que sabes entonces que no basta con empezar a fotografiar cada plato que tengas entre manos, pero, ¿dónde está la diferencia entre la fotografía gastronómica amateur y la profesional? Hoy te dejo una guía para empezar a entender las bases de la fotografía gastronómica, y que tus platos empiecen a cobrar el protagonismo que se merecen.

Equipo y preparación.

¿Tu móvil tiene buena cámara? Posiblemente.
¿Te lo recomiendo para esta tarea? En absoluto.

Para empezar, quiero que este punto te quede claro, por mucho que los móviles sean útiles y avancen, no te ofrecen ni la misma cantidad de opciones, ni la calidad que te ofrece una cámara.

Personalmente recomiendo informarte y mirar varias cámaras EVIL. Estas son cámaras orientadas a aficionados a la fotografía, se diferencian de las réflex en que carecen de un espejo y sensor secundario, lo que las sitúa ligeramente por debajo en calidad, pero aún así no tienen mucho que envidiarle a estas últimas.

Son perfectas para principiantes, cuentan con objetivos intercambiables, y la mejor diferencia será que las encontraréis por un precio mucho más asequible.

Cámara evil

Si te haces con una cámara, sea cual sea, es vital que sepas manejarla, así que no pares de experimentar con sus opciones y modos, mientras más recursos sepas utilizar de los que te ofrece, más opciones tendrás a la hora de plasmar tus platos.

Junto a la cámara, es útil que cuentes con un objetivo de 50mm, te servirá para casi todo mientras estés aprendiendo, y una vez lo hagas, no descartes el hacerte con varios objetivos distintos para sacar más partido según qué foto quieres hacer.

A parte de lo esencial, hay cientos de accesorios que te pueden facilitar mucho la vida en esta tarea, te dejo con algunos:

Trípode.

El mejor amigo del fotógrafo. Te permite centrarte en la composición de las fotografías sin necesidad de preocuparte por mantener el mismo ángulo o por fotos borrosas, 100% recomendado.

Difusores y reflectores.

Si conoces tan solo un poco sobre fotografía, sabrás que la iluminación hace gran parte de la foto. Estos accesorios te sirven para jugar con la luz y utilizarla a tu favor; los difusores la suavizan, de forma que los contrastes entre luz y sombra sean menos marcados, mientras que los reflectores te dejarán redirigir la luz para que enfoque tus platos desde donde tu quieras.

Estos accesorios son muy asequibles, y muy útiles una vez comiences a entender las bases de una buena foto.

Iluminación.

Como te digo, la luz tiene un papel extremadamente importante, pudiendo resaltar o dar importancia a ciertas partes de la foto según la utilices.

Una de las mejores formas de iluminación es la propia luz natural, es fácil y da grandes resultados, ¡pero cuidado! Esta iluminación puede ser un arma de doble filo.

Para obtener un buen resultado, debemos buscar una buena fuente de luz, como una ventana amplia, y tener muy en cuenta la hora del día, que cambiará la iluminación de la que dispongas, y por lo tanto el resultado de la foto.

Si contamos con un difusor como hemos mencionado, podremos probar también a utilizar la llamada luz suave, muy sencilla de utilizar y se adapta a casi todo.

Como tercera alternativa, podemos utilizar la luz artificial mediante flashes y reflectores. 

En este caso la manera más aconsejable y que obtiene mejores resultados es la luz lateral. La conseguirás situando el foco de luz en un ángulo de 90º con respecto a la cámara. Esta iluminación destaca por resaltar el volumen de los platos, como ves en la foto.

Luz lateral para fotografía gastronómica.

Existen muchas más formas de iluminar una fotografía, pero estos tres métodos son especialmente útiles para las gastronómicas, y te pueden servir para empezar a experimentar por tí mismo.

Ángulo y enfoque.

Jugar con el enfoque y el desenfoque de la fotografía puede convertir un resultado medianamente bueno en perfecto. En cualquier imagen que veas, tu ojo se irá siempre a la parte de mayor nitidez, por lo tanto, puedes conseguir que la parte más apetecible de una comida sea el centro de atención difuminando leve y gradualmente alrededor de ella.

Otra manera de aprovechar esta herramienta es enfocar la parte frontal del plato de manera que sea lo más nítido posible e ir desenfocando el fondo de manera progresiva. Así, a parte de conseguir centrar plenamente la vista donde quieres, le das profundidad de campo a la foto.

¿Y cómo consigues aplicar desenfoque con tu cámara? El truco está principalmente en la apertura del diafragma, mientras más abierto esté, obtendrás una menor profundidad de campo, lo que significa que el fondo se verá más desenfocado.

En esta imagen lo verás muy claro.

Apertura y profundidad de campo.

Finalmente, no olvides disparar desde diferentes perspectivas. Uno de los grandes fallos es limitar la fotografía a un sólo punto de vista. Ya tendrás tiempo de desecharlas en tu editor. Estoy seguros que esta técnica te dará muchas sorpresas.

Ángulos de cámara.

Composición de la foto.

La composición es fundamental para llamar la atención. Recuerda en todo momento que la comida es la estrella de la foto, por lo que evita colocar excesos de atrezzo, ya que un plato o foto “desordenados” hará que no se centre el interés en lo verdaderamente importante. En resumen, la decoración siempre está bien, pero el objetivo es mantener un resultado limpio en el que la comida sea la absoluta protagonista.

Para ayudarte a destacar lo que quieres, existen ciertas reglas que marcan la composición, como la Regla de los tercios: hay que colocar aquello que quieras destacar en los puntos de intersección correctos del objetivo, es decir, que si dividimos el objetivo en tres partes iguales tanto horizontal como verticalmente como en este ejemplo, los puntos de intersección entre esas divisiones son los lugares más llamativos, y por lo tanto donde debería situarse el principal foco de la imagen.

Regla de los tercios

Como consejos adicionales, tal y como ocurre con las personas, todos tenernos un perfil bueno y otro malo. Gira el plato y observa qué lado es el más apropiado para la fotografía.

Utiliza fondos con textura. Un fondo negro puede combinar muy bien con los colores vivos que aportan las verduras, frutas, hortalizas, o hasta un simple puré de patatas. 

Los fondos de madera te sirven para dar un aspecto más natural y rural, mientras que los blancos aportan tranquilidad y pureza a la foto, juega con ellos dependiendo de la comida a resaltar.

Añade elementos que generen atmósfera: una vez que tienes claro el fondo y dependiendo del plato que quieras promocionar, no olvides utilizar “atrezzo” (frutos secos, hojas silvestres, canela en rama, recipiente clásico de aceite de oliva, o incluso cubiertos y utensilios de cocina) pero como te digo, siempre sin abusar, manteniendo un resultado limpio.

Una buena práctica para coger ejemplos de composición es echar un vistazo a cómo lo hacen grandes restaurantes y marcas, seguro que mirando sus perfiles de instagram se te ocurren alguna que otra forma de presentar tus platos que no habías pensado antes.

Edición.

Una vez hayas tomado las fotografías y escogida la que más se acerque a lo que quieres mostrar, llega la hora de editarla. Hay que ser cuidadoso con esto, y recordar que aunque la idea es que se llame la atención, la foto debe parecer real, y respetar los colores y la textura del plato.

Siguiendo esa cautela, puedes probar a aumentar levemente el contraste y el brillo, estos dos ajustes suelen hacer una foto mucho más vistosa. Añadir tu logo, implementar la foto en un marco, o desenfocarla manualmente son algunas de las otras muchas opciones que tienes.

Como consejos finales, asegúrate siempre de cuidar los pequeños detalles de tu fotografía; Utilizar platos pequeños puede ayudarte a dar protagonismo a la comida frente a los utensilios y decoración, ya que esta llena gran parte del plato.

Muestra de forma clara los ingredientes. Un ejemplo sencillo es mostrar, si tus platos o carnes están elaborados a la parrilla, las marcas que han dejado en la comida, o tal vez mostrar la cebolla o el queso sobresaliendo por los bordes de una hamburguesa.

También es importante recordar que dispones de un tiempo para hacer las fotografías después de cocinar.  Cuando el plato se ha acabado de elaborar, y no más tarde, es cuando tiene la textura perfecta, y cuando la presentación estará intacta.

 

Anímate a seguir estos sencillos pasos y prueba a hacer tus propias fotografías. Compártelas con nosotros y no dudes en dejarnos un comentario con tu opinión y los trucos que tú mismo utilices en tus fotos.

Share This